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Este blog de microfinanzas comenzó a actualizarse el 1 de febrero de 2008 y se cerró el 30 de noviembre de 2015.

jueves, 23 de abril de 2015

Una vindicación de Muhammad Yunus: En el nombre de Kristof

Nicholas Kristof, periodista y escritor estadounidense
(foto: Judy Watson Tracy)

(Textos recobrados de MicroDinero) La polémica en torno al Grameen Bank, en Bangladesh, sumó un nuevo capítulo y Muhammad Yunus un defensor de fuste. El periodista norteamericano Nicholas Kristof, columnista del The New York Times, ganador de dos premios Pulitzer por sus reportes que han echado luz sobre abusos contra los derechos humanos en Asia y África, acaba de publicar un artículo donde rescata la altura moral de Yunus y denuncia una “campaña orquestada”, fogoneada por el gobierno bangladesí para quedarse con la mayoría accionaria del banco rural de microcrédito fundado por Yunus en 1976.

Las aristas que envuelve esta polémica adquieren inevitable resonancia global. No sólo por el peso global que tiene Yunus sino también -como lo apunta el autor- en el contexto de un proceso de reevaluación que se hace de la industria del microcrédito en su conjunto a partir de la crisis desatada en la India en el segundo semestre del año pasado.

Trasladamos a continuación los conceptos medulares de Kristof en su columna del NYT:

“Están pasando cosas muy extrañas estos días en Bangladesh. Pareciera que hay un ataque desde varias puntas contra el Grameen Bank de Muhammad Yunus, ganador del premio Nobel de la Paz por su rol pionero en microfinanzas”.

“La prensa bangladesí ha estado últimamente llena de denuncias sobre Yunus. Este martes, por ejemplo, una agencia de noticias de Bangladesh citó declaraciones de un economista que dijo: ‘Muchas cosas sobre Yunus son sólo mito. Él nunca ha sido desinteresado en ninguna de sus iniciativas’ (el autor se refiere a un despacho de BDNews 24, que difundió declaraciones del economista y ex presidente de Transparency International Bangladesh, Prof. Muzaffer Ahmed). Mientras tanto, el gobierno bangladesí dispuso una investigación sobre corrupción en el Grameen luego que un documental de la televisión noruega dejara planteada algunas cuestiones, aun cuando el gobierno de Noruega haya dicho que no hay cargos contra el banco. También hubo (falsas) informaciones publicadas que hablan de la renuncia de Yunus o que debería retirarse por razones de edad. Y al parecer la administración de Sheikh Hasina Wazed quiere revisar el régimen de propiedad del Grameen Bank para que el 60 por ciento del banco sea del gobierno (como lo fue en la década del 80, luego reformulado en los términos de propiedad vigentes hasta hoy: 75 por ciento de sus prestatarios, 25 por ciento del gobierno)”.

“Finalmente, un juzgado ha ordenado la comparecencia de Yunus el 18 de enero por cargos de difamación, presumiblemente por afirmar en 2007 que los políticos sólo van detrás del dinero. Podría ser arrestado y llevado a prisión por eso. Y dada la ocasión, si se tratara de una campaña orquestada, el gobierno podría aprovechar para hacerse del banco. En tales condiciones, es dable pensar que la campaña cuenta con la aprobación de la primera ministra Sheikh Hasina. Ella parece haber cambiado su posicionamiento: de antigua partidaria de las microfinanzas, pasó últimamente a denunciar al sector por ‘chupar la sangre de los pobres en nombre de la reducción de la pobreza’”.

“Está claro que el profesor Yunus no está, como cualquier otra persona, por encima de la ley. Él y Grameen ameritan un examen riguroso. Las microfinanzas deben ser debatidas. Pero la campaña actual contra Yunus no me suena genuina, lo mismo que para otros que observan esta cuestión (hablo con gente de tres continentes, sobre todos los aspectos que hacen a esta polémica, pero hay mucho temor de hablarlo abiertamente). No sé exactamente qué es lo que va a ocurrir. Puede ser que el gobierno esté preocupado de que Yunus incursione en la política o que critique a los políticos… y puede que sus críticas se enmarquen en la perspectiva de tomar el control del Grameen, que llega a una de cada tres personas en Bangladesh”.

“Generalmente sostengo en mis columnas, y además lo planteamos con Sheryl WuDunn en nuestro libro Half the Sky, que Bangladesh ha prosperado en las últimas décadas debido a la fuerza de su sociedad civil, especialmente Grameen y la igualmente grandiosa organización BRAC. La gestión del gobierno ha sido francamente decepcionante, pero la sociedad civil ha contribuido a cuenta de importantes ganancias para Bangladesh. Si el gobierno está hoy dispuesto a arrasar contra el sector más sólido del país, que el cielo se apiade de Bangladesh. Y si Yunus es arrestado sobre la base de cargos artificiosos, Bangladesh habrá destruido su credibilidad”.

“Las microfinanzas atraviesan una crisis por estos días, en particular por los problemas suscitados en Andhra Pradesh, India. No hay dudas de que este sector tan exitoso ha atraído la atención de actores indeseables (bad apples). Pero está claro que el Grameen y el Dr. Yunus han producido un enorme impacto en Bangladesh y el mundo. Él ha merecido que lo distingan con el Nobel de la Paz. La comunidad internacional necesita estar segura de que intereses extraños (funny business) en Bangladesh no se devoren uno de los grandes éxitos del desarrollo. En lo que respecta a Sheikh Hasina, ella debería ser clara y contundente en cuanto a que el gobierno continuará con su porcentaje del 25 por ciento en el Grameen y que no intentará incrementarlo”.

“Espero que todo esto no sea más que una tempestad en un vaso de agua. Si no es así, y si el Grameen pasa a ser un banco estatal, sería una catástrofe para toda la gente empobrecida que depende de él. Y si un ganador de premio Nobel puede ser dejado de lado, entonces toda la sociedad civil está en peligro”.

Fuente: Is Bangladesh Trying to Take Over Grameen Bank?, Nicholas Kristof, The New York Times, 5 de enero de 2011


Publiqué este artículo el 6 de enero de 2011 en MicroDinero

"El microcrédito en Bangladesh ha sido utilizado como negocio en tándem con el capital global"

Activista y profesor de la Jahangirnagar University, Anu Muhammad
(foto: Shahidul Alam/Drik/Majority World)

(Textos recobrados de MicroDinero) Anu Muhammad es un renombrado académico bangladesí, de filiación marxista, que se desempeña como profesor en el Departamento de Ciencias Económicas de la Jahangirnagar University, de Dhaka. Además es secretario general del Comité Nacional para la Protección del Petróleo, el Gas, los Recursos Minerales y Puertos. Junto al Comité, cumplió un rol instrumental en el éxito del llamado Phulbari Movement contra la explotación de una mina a cielo abierto por parte de una compañía británica (en 2006). Es autor de más de veinte libros sobre globalización, transformación social y de género, ONGs y energía.

Los siguientes párrafos aparecieron por primera vez en una entrevista realizada por Manoranjan Pegu, publicada en el portal indio Radical Notes. El 28 de diciembre pasado se autorizó su reproducción en el International Journal of Socialist Renewal. Durante la conversación, Anu Muhammad habla sobre la trayectoria político-económica de Bangladesh en el contexto de la globalización capitalista.

Extraemos a continuación parte de esta extensa entrevista, principalmente aquellas opiniones que puedan aportar elementos, desde su visión crítica, al debate actual en Bangladesh -pero de repercusión global- sobre el Grameen Bank y el papel del microcrédito en la lucha contra la pobreza.

“Dentro del sistema capitalista global, Bangladesh puede ser considerada como una economía capitalista periférica. Estamos experimentando un fenómeno donde la situación de países periféricos como Bangladesh se revela de una forma muy diferente a las definiciones estandarizadas. Prácticamente opera bajo un ‘super-estado’, que es el marco de la estructura de poder capitalista global. Las políticas que el gobierno intenta implementar son en gran medida formuladas fuera de la órbita nacional e incluso al margen del conocimiento público. Las políticas se formulan bajo diferentes proyectos apoyados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el departamento británico de desarrollo internacional (DFID), la agencia estadounidense de desarrollo internacional (Usaid) y organizaciones de Naciones Unidas. Encontramos la presencia de consultores de estas agencias en cada proyecto y proceso político, respecto a los cuales huelga decir que son favorables a intereses corporativos (…) Estos burócratas, consultores, medios de comunicación y clases dirigentes se han convertido en un pilar fundamental del capital global y tratan de racionalizar el acaparamiento de recursos comunes bajo el término ‘desarrollo’”.

“En 1971, después de la independencia del país, la promesa era diferente. Se esperaba que Bangladesh tomara una ruta diferente hacia el desarrollo. Pero aquella promesa y esperanza sólo se mantuvo por un breve período. Como la posición de los Estados Unidos había sido hostil hacia la guerra de liberación de Bangladesh, la clase política, apenas concretada la independencia, no fue favorable a los intereses norteamericanos. Aquel Banco Mundial y el FMI estaban en una situación inestable. Después de 1973-74, la posición del gobierno comenzó a cambiar, tornándose proclive al gobierno de EE.UU a nivel global y al incremento de riquezas a nivel local. En 1973, el Banco Mundial y el FMI reingresan a la región y las relaciones con el gobierno de Estados Unidos también comienzan a cambiar. Después de 1975, este proceso se fortalece bajo el gobierno militar y se afianza durante la década del ’80 bajo otro régimen militar. Esta década fue muy importante en el establecimiento de la presente dirección económica de Bangladesh. Durante este período, se sincronizaron los programas neoliberales, haciéndose visibles a escala global. Regímenes conservadores estaban en el poder en Gran Bretaña, con Margaret Thatcher, y en Estados Unidos con Ronald Reagan. Todos los neoliberales lograron hacer valer su poder a nivel mundial mediante la agresión militar y/o instituciones financieras. Durante este mismo período, los programas de ajuste estructural elaborados por el Banco Mundial y el FMI se impusieron a las economías periféricas. Bangladesh fue una víctima”.

“En este marco, tenemos que analizar otro fenómeno importante en este período: el sector de las ONGs. El crecimiento de un importante número y red de organizaciones es resultado del fracaso tanto del Estado como del mercado. Las ONGs se hicieron necesarias por el incremento de la pobreza y la desigualdad. Se difundió la creencia de que las ONGs llenarían este vacío y ayudarían a reducir la pobreza y las desigualdades. Después de trabajar por más de tres décadas, hoy está probado que las ONGs fracasaron. Si vemos los números, vemos que hay un deterioro de la pobreza y las desigualdades. En 1995 el porcentaje de gente viviendo bajo la línea de pobreza era del 48% y según reportes del Banco Mundial esa cifra cayó al 40% en 2005, para luego volver a incrementarse hasta el 48% en 2008. Esto significa que la población que vive bajo la línea de pobreza se ha incrementado desde 1995. Sin embargo, un gran número de personas de clase media se involucró con el sector ya como empleados, consultores, proveedores y demás. Muchos referentes de ONGs emergieron como parte de la sección acomodada de la sociedad. Así, los beneficiarios de los programas de reducción de la pobreza, o de microcréditos, etc, no son los pobres sino una parte de la clase media y acaudalada. Con pocas excepciones, la creación de una ONG se transformó en un buen modo de ganar dinero en nombre de los pobres, del medioambiente, de la igualdad de género y/o de los derechos humanos (…). Este crecimiento de las ONGs es también un fenómeno neoliberal, donde las responsabilidades del Estado hacia los ciudadanos se ven rigurosamente reducidas y el mercado asume plena autoridad en cada esfera de la vida. En este modelo, la ONG es un suplemento y un instrumento de la economía de mercado”.

“El microcrédito, en sus diferentes formas, ha sido una práctica de larga data en esta región. El Dr. Muhammad Yunus (Grameen Bank) y Fazle Hasan Abed (Bangladesh Rural Advancement Committe, BRAC) lograron institucionalizarlo y captar la atención global a través de su éxito monetario. Inicialmente, los programas de microcrédito fueron una promesa como paliación de la pobreza; gradualmente sus éxitos mostraron su fuerza en otras áreas. Actualmente, BRAC, Grameen Bank y ASA controlan más del 80 por ciento del mercado de microcrédito. A partir del negocio del microcrédito, estas organizaciones han acumulado un gran capital y han demostrado que el microcrédito puede convertirse en un éxito empresarial. Ellas también se vincularon al capital multinacional. Por caso, la subsidiaria Grameenphone, de Grameen Bank, comenzó sus operaciones en relación al microcrédito, ofreciendo telefonía móvil como producto básico a las prestatarias, a cambio de su pago en cuotas. Su objetivo inicial declarado fue “ayudar a los pobres” y “mitigar la pobreza”, pero ahora Grameenphone se ha convertido en la mayor compañía de Bangladesh, con el 90% de sus usuarios provenientes de sectores urbanos no-pobres. (…) Grameen Bank ha abierto muchos otros negocios, ha desarrollado joint ventures con compañías francesas como Danone y Veolia (una compañía de gestión de servicios de agua), todo en nombre de los pobres. Intel y otras empresas vienen al Grameen Bank para hacer uso de su extensa red de microcrédito. (…) En definitiva, la operación microcrediticia, en su proceso, ha sido exitosamente utilizada como recurso para que grandes negocios se desarrollen en tándem con el capital global”.

“Pero quedan interrogantes: ¿qué fue de los objetivos tan publicitados, por ejemplo, el alivio de la pobreza vía microcrédito? Si uno mira datos duros, compilados por diferentes estudios (no sponsoreados por BRAC o Grameen Bank), se encuentra con que el microcrédito ha generado una nueva trampa de endeudamiento para los pobres. Usted no puede encontrar más de un 5 al 10 por ciento de la gente que pudo cambiar sus condiciones económicas a través del microcrédito. Aquellos que lograron cambiar sus condiciones fueron los que tenían otras fuentes de ingreso (…). Si tomas un crédito, debes cancelarlo mediante cuotas semanales, lo cual significa que debes estar activo, sano y trabajando todo el año, algo que no es posible. De hecho, es imposible para millones de pobres que viven constantemente en condiciones adversas. Si se produce alguna circunstancia desfavorable, se ven obligados a incurrir en mora. Y una vez en mora se crea una cadena, en la que tienes que tomar otro crédito, de otra prestamista/ONG, para lo mismo. El microcrédito vinculó áreas y poblaciones rurales con el mercado, pero lo ha hecho empujándolas a la trampa de una deuda crónica”.

Fuente: 'Development', capitalism, NGOs and people's movements in Bangladesh: an interview with Anu Muhammad, International Journal of Socialist Renewal, 28 de diciembre de 2010.


Publiqué este artículo el 6 de enero de 2011 en MicroDinero

miércoles, 22 de abril de 2015

Sobre los topes a las utilidades en microfinanzas


(Textos recobrados de MicroDinero) En consonancia con el paper del CGAP difundido esta semana -firmado por los expertos Greg Chen, Stephen Rasmussen, Xavier Reille y Daniel Rozas y titulado Indian Microfinance Goes Public- la analista Eva Pereira, desde un blog de la revista norteamericana Forbes, evaluó el giro que está tomando la industria microfinanciera global, ostensiblemente expuesto con la oferta pública inicial (IPO) de SKS en la bolsa de la India.

Eva Pereira
Así como los consultores del CGAP consideran que la comercialización de SKS marca una “transición crítica”, Pereira propone, desde el título de su artículo, un reexamen de la misión que tradicionalmente se le asignó a las microfinanzas como respuesta a las necesidades de financiación de los pobres (Re-Examining The Microfinance Mission: Should Interest Rates Be Capped?).

El artículo parte de la cuestión de las tasas de interés (¿es necesario fijarles un tope?, se pregunta el título). Y el disparador de la pregunta, según explicita la autora, fue un panel realizado el 14 de septiembre, organizado por el Microfinance Club de Nueva York (MFCNY), en el que procuraron responder al interrogante cuatro especialistas provenientes de al menos dos campos bien diferenciados: Camilla Nestor, vicepresidente de programas de microfinanzas de Grameen Foundation, y Chuck Waterfield, CEO y presidente de MFTransparency, en representación de organizaciones sin fines de lucro, por un lado; y Brian Cox, CEO de MFX Solutions y Michael Edberg, director de inversiones en MicroVest Capital Management, representando los intereses comerciales de las microfinanzas, por otro.

Pereira introduce el artículo mencionando que el debate ético sobre las super-ganancias a partir de créditos a los pobres se agudiza a partir del éxito rotundo de la IPO de SKS, la mayor microfinanciera de la India, que recaudó US$ 358 millones de inversores institucionales e independientes. Originalmente lanzada como organización sin fines de lucro, la firma fundada por el indo-estadounidense Vikram Akula fue ampliando su escala y tamaño hasta adoptar el modelo comercial.

La mayor preocupación que despierta esta tendencia viene, naturalmente, de quienes están enfocados a la misión social de las microfinanzas, una actividad desarrollada como respuesta al mainstream financiero, que falló en la provisión de finanzas a los pobres.

Desde la perspectiva de las ONGs, señala la autora del artículo, los modelos for-profit han venido a pervertir el movimiento microfinanciero. Las altas tasas de interés son percibidas en dirección opuesta a la filosofía original establecida por Muhammad Yunus en Bangladesh, en la década del ’70. Consideran que las empresas ponen los intereses de los accionistas por encima de sus clientes. Argumentan también que los créditos a este segmento considerado no bancarizado (o mejor, no bancarizable) debido a los lugares geográficos remotos donde vive o por su estado de pobreza, son repelidos bajo este modelo rentístico. Como consecuencia de las expectativas de rédito de los inversores, las compañías pondrán foco en prestatarios establecidos en mercados consolidados antes que invertir en la expansión de las fronteras microfinancieras hacia las regiones sub-asistidas y más riesgosas. Una preocupación adicional se refiere a la falta de un cuerpo regulatorio para la industria que demande transparencia, monitoree prácticas de crédito abusivas y asegure educación financiera. Hasta ahí los argumentos de la rama “fundacional”, principista de las microfinanzas.

El sector for-profit de la industria adopta otra postura. Ellos arguyen que las altas tasas de interés se justifican, ya que permiten una operación sostenible, capaz de alcanzar escala más fácilmente que el modelo sin fines de lucro. También sostienen que las tasas, vistas en el contexto de la región que se sirve, son más bajas que las cargadas por prestamistas informales. Tasas más altas además incrementan los márgenes de ganancia que atraen a inversores y, eventualmente, a competidores. Su argumento es que hay un fondo significativamente más importante de dinero disponible entre inversores que buscan retornos, que entre donantes indiferentes a la rentabilidad. Finalmente, afirman que con márgenes incrementados, las compañías de microfinanzas pueden reinvertir en el desarrollo de nuevos productos, atendiendo a una miríada de necesidades de la población pobre.

Así se plantean los dos modelos en el artículo de Pereira.

La autora refiere luego a los orígenes de la industria. La historia del Grameen Bank en Bangladesh dando créditos a unos 7,5 millones de personas, con activos por US$ 1.000 millones. El caso de ACCION en Recife, Brasil, convertida hoy en una organización sin fines de lucro que sirve a 8 millones de clientes en todo el mundo, desembolsando un total de US$ 31 mil millones en microcréditos.

Pero aquello que nació imbuido de una razón eminentemente social, se desarrolló a través de los años. El movimiento ha devenido global, estimándose que hay 10 mil instituciones de microfinanzas en todo el mundo. Desde los ’70, habrían emergido tres tipos de modelos de inversión en microfinanzas, explica la autora:

- Fondos de desarrollo de microfinanzas: operan como non-profits, buscando retorno social sobre sus créditos;

- Fondos de inversión en microfinanzas con objetivo dual: buscan tanto retornos sociales como financieros , conocidos como “double bottom line”;

- Fondos comerciales: el paso final en la evolución de la industria.

¿Deben ponerse topes a las tasas?

Luego de esta introducción histórico-analítica, la autora se enfoca en la cuestión de las tasas de interés. Se trata, afirma, de un dilema moral que está afrontando la industria. Desde el ingreso de prestamistas comerciales, los modelos basados en donantes han criticado las altas tasas que cobran estos nuevos actores. Sumado a ello, han encontrado particularmente controvertible la generación de beneficios a partir de las emisiones a bolsa, como la de SKS.

Pero recuerda que fue un banco mexicano el primer caso testigo para analizar esta cuestión: Banco Compartamos. Originalmente concebido como sin fines de lucro, en 1990, una década después adoptó el modelo for-profit, en un esfuerzo por ampliar su escala. En 2007 se estableció como banco de microfinanzas que cotiza en bolsa, llegando a recaudar US$ 458 millones. Según recuerda Pereira, cuando se supo que al mismo tiempo que lanzaba su IPO Compartamos cargaba los créditos con un interés anual de alrededor del 86%, más de uno acusó a la entidad de usuraria. La operación mereció de parte de Yunus, y los considerados “fundadores” del microcrédito, ásperas invectivas.

Sin embargo, matiza la analista de Forbes, cuando uno ve el contexto del mercado mexicano, las tasas de Compartamos demuestran ser más bajas que los estándares de préstamo locales, que llegan hasta cobrar tasas del 175%. Desde la IPO de 2007, agrega, las tasas de interés del banco han ido continuamente en baja, reflejando una combinación de competencia creciente y eficiencia estructural.

Conclusiones

La autora concluye que, si bien la preocupación por las tasas de interés en microfinanzas comerciales es legítima, su rol en la industria es algo importante. Los prestamistas que buscan beneficios permitirán a la industria elevar la escala, para lo cual se recurre a los mercados de capital global. Un documento del Deutsche Bank -cita- revela que sólo una fracción de la demanda global de microcréditos está asistida. Se estima que mientras el monto actual de microcréditos roza los US$ 25 mil millones, otros 250 mil millones adicionales serían necesarios en orden a satisfacer la demanda global. Los prestamistas comerciales proveen acceso a vastos fondos de capital que no pueden ser equiparados por los modelos basados en donantes. Adicionalmente, el éxito de prestamistas comerciales atraerá a competidores, que eventualmente presionarán por una baja en las tasas de interés.

Finalmente, Pereira destaca el problema de la transparencia. Mirando hacia adelante, la transparencia tendrá que asumir un rol importante en la industria, a fin de conservar la confianza entre quienes estén a ambos lados de la ecuación. Sea a través de mecanismos de auto-regulación, o bien a través de marcos regulatorios, la transparencia -crucial para mantener la integridad de la industria- tiene que ser rigurosamente cumplida.

Publiqué este artículo el 2 de octubre de 2010 en MicroDinero


Nota del Editor: La referencia para el documento del CGAP mencionado, en español, es Las microfinanzas indias salen a cotización: la oferta pública inicial de SKS (CGAP, Enfoques Nº 65, por Greg Chen, Stephen Rasmussen, Xavier Reille y Daniel Rozas, Septiembre de 2010, Washington DC)

Hipótesis acerca del sobreendeudamiento en microfinanzas


(Textos recobrados de MicroDinero) La crisis en las microfinanzas de la India ha generado un apasionado debate en torno a las causas que la provocaron. Y un término ha empezado a propagarse como si se tratara de la contraseña para comprender el episodio: sobreendeudamiento.

Sanjay Sinha
Los blogs de destacadas instituciones globales se hacen eco de esta discusión y se convierten en verdaderos foros donde puede seguirse el pulso de la industria, lo que preocupa, lo que moviliza, lo que se argumenta. El blog del CGAP es uno de estos dinámicos centros de opinión: allí el tema del sobreendeudamiento ha atraído la participación de destacados profesionales y analistas de distintas partes del mundo.

Como para aportar algo de estos intercambios hacia el interior de un debate latinoamericano, que ha conocido y puede volver a atravesar escenarios críticos como el de la India, a continuación se presenta la opinión de Sanjay Sinha, gerente general de la agencia de rating de microfinanzas india M-CRIL. Para Sanjay, la solución a la actual coyuntura en Asia pasa por un rediseño de los productos, mejor adaptados a las necesidades de los clientes. Esto conduciría a tasas de crecimiento más moderadas del sector, pero sostenibles y seguras.

Según el directivo de M-CRIL, el debate global en torno al sobreendeudamiento tiende a focalizar como causa las altas tasas de crecimiento. El argumento -explica el analista- es que el crecimiento se obtiene a partir de la escasa responsabilidad de IMFs que quieren hacerse fácilmente de clientes, estimulándolos a tomar crédito y metiéndolos inadvertidamente en problemas. Esto define al sobreendeudamiento como un problema sesgado hacia la oferta.

Indudablemente este fenómeno juega un rol significativo en la creación de sobreendeudamiento, pero sería útil además analizar el problema desde la óptica de la demanda y el diseño del producto, propone Sanjay. Y formula la siguiente pregunta: ¿Hay algo en el diseño del producto que inherentemente incumpla con la demanda y lleve a los clientes de microfinanzas, en los hechos, a ir en detrás de nuevos créditos, a menudo con demasiado éxito, granjeándose así las dificultades?

Por más desmedidas e incluso codiciosas que sean las empresas, señala el autor del artículo, nadie de hecho obliga a la gente a tomar préstamos más allá de su capacidad de repago. Así que debe haber algo más, en las condiciones bajo las cuales la industria opera, que está llevando a los clientes a elegir la asunción de más y más compromisos.

Recuerda Sanjay que una de las consecuencias del crecimiento exponencial de la industria microfinanciera en muchos países de Asia fue que las IMFs tuvieron que contratar a un número cada vez mayor de staff y capacitarlos en períodos de tiempo cada vez más breves a fin de enrolar clientes y desembolsar fondos.

Callejón sin salida

Como resultado de ello, afirma, hubo escaso éxito en inculcar al staff la misión de las microfinanzas de llegar a los pobres y excluidos, y construir relaciones con ellos. La construcción de esta relación es la que permite al personal comprender la vida y los medios de sustento de sus clientes para, de ese modo, apoyarlos cumpliendo con sus necesidades financieras en un marco de servicio. Las IMFs han tenido que limitar recientemente el tamaño de los créditos a niveles excesivamente bajos.

Esto ha llevado a las instituciones a minimizar riesgos reduciendo el tamaño de las cuotas del crédito y bajar costos eliminando tareas, como la de valorar el préstamo. O bien desdeñando las calificaciones y, en virtud de ello, reducir el salario del oficial de crédito. Desafortunadamente, opina Sanjay, esta metodología crediticia ha conducido a las microfinanzas en la India a un callejón sin salida, con la crisis actual del sector -y las no menos dramáticas crisis en otras partes de Asia del sur- como resultado inevitable.

En opinión del analista indio, no debe sorprender que, en última instancia, el resultado del crecimiento haya sido la presión sobre oficiales de crédito para relajar esfuerzos en adquirir clientes e intentar captarlos de otras IMFs. El cliente, insatisfecho con el monto de financiamiento disponible, inevitablemente irá en búsqueda de una multiplicidad de instituciones para alcanzar lo que necesita. Esto ha causado un entorno de micro-circulación que se asemeja a un laboratorio donde una mujer de hogar de bajos ingresos tiene que lidiar con 2 a 5 encuentros con IMFs por semana mientras, al mismo tiempo, maneja el hogar, atiende a su familia y se dedica a su microemprendimiento (traducimos “laboratorio” allí donde el autor usa la expresión hot house, literalmente “invernadero”, suponiendo que el sentido se refiere al clima anómalo donde tiene que desenvolverse esa mujer, ocupada constantemente, como si su temporalidad no conociera las alternancias propias del día y de la noche, o del régimen de las estaciones). Por desgracia, sentencia Sanjay, en procura de obtener “dinero fácil” de varias fuentes, algunos clientes administraron mal sus negocios y, como la gente tiende a hacer en todos los niveles sociales, incurre en sobreendeudamiento.

“La respuesta a este problema es animar a las IMFs a dejar de prestar miserias a la gente y avanzar hacia el financiamiento en serio de la microempresa”, propone el autor. Esto entrañaría, según su visión, una serie de cambios: primero, una determinación real de las necesidades de financiamiento del cliente a través de una correcta valoración del crédito; segundo, la concesión de préstamos mucho más grandes que en la actualidad; y tercero, consecuentemente, la contratación de un staff mejor formado y remunerado, capacitado para actuar correctamente en la evaluación del crédito y solidificar relaciones con los clientes.

“Los mayores costos de esta actividad podrían cubrirse con el mayor tamaño de los créditos pendientes, donde la desaceleración resultante sería además beneficiosa para asegurar una tasa de crecimiento más moderada. Esta solución implica un cambio radical en el modelo negocio microfinanciero (al menos en Asia) pero, dadas las circunstancias, sería algo bueno para las microfinanzas y bueno para la inclusión financiera”, concluye.

Publiqué este artículo el 18 de febrero de 2011 en MicroDinero

martes, 21 de abril de 2015

El recurso empecinadamente único y prodigioso (a propósito del affaire Campbell)

Modelo británica Naomi Campbell

(Textos recobrados de MicroDinero) El escándalo que envolvió en los últimos días a la modelo británica Naomi Campbell, acusada de haber recibido diamantes de sangre como regalo del ex presidente liberiano Charles Taylor, volvió a poner sobre el tapete el problema endémico de muchos países africanos que, ricos en recursos minerales, carecen de infraestructura económica y social para diversificar su economía e integrar a la mayoría de la población en la generación y reparto de la riqueza.

Sierra Leona es arquetípicamente uno de esos países y una de las primeras víctimas en las guerras del diamante: la sufrió durante toda la década del ’90 de modo cruento, al punto que todavía hoy el país busca recuperarse de sus tremendas consecuencias.

La microfinanciación aparece aquí, tal vez con más claridad que en otras geografías, como un factor clave. Si las guerras civiles en África terminan siendo financiadas por la comercialización sangrienta de minerales (que en Sierra Leona son diamantes, pero que en otros contextos puede ser, o ha sido, petróleo, oro o coltán), tal situación sólo puede tener lugar bajo condiciones de cuasi-esclavitud de la población activa.

Los determinantes que se han complotado contra la autonomía del sierraleonés tienen una matriz común: la avidez extractiva de intereses que buscan sacar máximo provecho de un recurso empecinadamente único y prodigioso.

De ahí que sea fundamental desarrollar las microfinanzas. No sólo es necesario para diversificar las fuentes de producción de riqueza, sino también para propender a una expansión de las iniciativas individuales y comunitarias que permita no sucumbir ante el yugo de la guerra y el capitalismo salvaje. Y aunque resulte raro traer a cuento en estas páginas las vicisitudes tribunalicias de una glamorosa modelo internacional (Taylor está siendo juzgado actualmente en la Corte de La Haya por crímenes de lesa humanidad durante la guerra civil en Sierra Leona), no debiera sorprender, en cambio, que las microfinanzas se postulen como una de las respuestas de determinados países de África occidental ante lo que podríamos llamar el “affaire Campbell”.

Industria incipiente

En uno de los países más pobres del mundo, donde dos tercios de la población viven condenados a una economía de subsistencia, las microfinanzas apenas han podido comenzar a emerger luego de la década de la guerra.

Cinco firmas microfinancieras reportaron datos en 2008 al MIX Market. Ellas son la Association for Rural Development (ARD, que comenzó como ONG multisectoral, con 12.600 clientes activos y un portafolio de créditos de US$ 1,2 millones); GGEM Microfinance (una ONG que existe desde 1973, pero con programa específico de microfinanzas desde 2007, 3.114 clientes activos y US$ 211.470); LAPO Sierra Leona (7.110 clientes, US$ 642.774); Luma Microfinance Trust (una IMF fundada en abril de 2008 por dos sierraleoneses en la diáspora, con 832 clientes y US$ 54.158) y ProCredit Bank Sierra Leona (banco orientado al desarrollo, del holding alemán ProCredit, 3.473 clientes, US$ 5,7 millones). Todas estas entidades tienen sede en la capital Freetown.

Publiqué este artículo el 20 de agosto de 2010 en MicroDinero


Nota del editor: Charles Taylor fue condenado en mayo de 2012 por la Corte de La Haya a 50 años de cárcel por crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Liberia y Sierra Leona. Es el primer jefe de Estado condenado por un tribunal internacional desde los Juicios de Nüremberg. Campbell declaró como testigo en ese juicio y admitió allí haber recibido "unas piedas pequeñas y sucias" de parte de gente próxima al dictador.

Management americano para la equidad económica en Africa


(Textos recobrados de MicroDinero) Una nueva generación de gerentes y líderes puede combinar elementos de la cultura norteamericana y africana para hacer lo correcto y hacerlo correctamente en pos de los pobres de África, tras la crisis financiera  global.

Chuki Obinna Obiyo
Así lo sostiene un informe lanzado días atrás por la organización My African Plan, desde Chicago, impulsado por el consultor nigeriano-estadounidense, Chuki Charles Obinna Obiyo.

El documento comienza citando al considerado “padre del management moderno”, Peter Drucker, quien alguna vez diferenció: “management es hacer las cosas correctamente, liderazgo es hacer las cosas correctas”.

“Creo que los líderes inspiran y los gerentes implementan. Los líderes son capaces de prever la evolución de los intereses de diferentes sectores en una empresa y organizarlos de tal modo que se alineen detrás del interés global de la empresa. Los gerentes son, luego, aquellos capaces de desbrozar la visión del líder en una serie de pasos operativizables”, señaló Obiyo, en contacto con MicroDinero.

Líderes y gerentes son ambos esenciales en un mundo donde las penurias económicas en cualquier lugar pueden dañar la seguridad económica de todos. Tal aserto, afirma el reporte, está inspirado en palabras de Martin Luther King Jr.: “La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes”. Las microfinanzas, definidas como la provisión de crédito y otros servicios financieros a los pobres, pueden ayudar a líderes y gerentes a promover la equidad económica.

La crisis financiera global, que comenzó en 2007, incrementa los desafíos de las microfinanzas en África. Los líderes enfrentan ahora más desafíos en identificar los intereses de diferentes sectores en una empresa microfinanciera en África; y los gerentes asumen compromisos en entender cómo medir el progreso de esa operación. La idea es, entonces: ¿cómo pueden líderes y gerentes hacer avanzar razonablemente las microfinanzas en África?

Nota del editor: Obiyo es Licenciado en Gobierno y Filosofía por la University of Texas, en Austin, y Doctor en Derecho por la Northwestern University School of Law, de Chicago, enfocado en legislación internacional, empresas y negociaciones.


Publiqué este artículo el 6 de marzo de 2011 en MicroDinero

lunes, 20 de abril de 2015

"¿Están ustedes ayudando a los pobres o los están perjudicando?"


(Textos recobrados de MicroDinero) “Microfinanzas: ¿Hay realmente una crisis?” fue el tópico de un seminario en línea de 90 minutos presentado por LocalVoice4Development.org (LV4D), una organización dedicada a la reducción de la pobreza en el mundo.

Bob Bragar
El fundador de esta organización holandesa y moderador del debate, Bob Bragar, consultor independiente y asesor en inversiones de impacto con más de quince años de experiencia, planteó la cuestión a un grupo de panelistas provenientes de regiones claves para el movimiento microfinanciero, como son Asia del sur, América Latina, África y Europa del este.

A partir de una serie de clips de reportes de la BBC cuestionando la efectividad de las microfinanzas, Bragar abrió el debate a los panelistas disparando a boca de jarro: “¿Están ustedes ayudando a los pobres o los están perjudicando?”.

Sanjay Sinha, de la India, fue el primer orador. Fundador de la firma M-CRIL (Microcredit Rating International), Sinha es licenciado en Ciencias Económicas por la Oxford University y miembro del grupo asesor de Naciones Unidas en Sectores Financieros Inclusivos.

“Creo que hay una crisis. Hay ciertamente un problema y el problema necesita ser atendido”, dijo Sinha. Describió la situación en algunos puntos de la India, como el estado de Andhra Pradesh, que cayó en una crisis debido a un crecimiento explosivo y una relajación de los controles en los créditos.

Dijo que crisis similares tuvieron lugar en otros países en desarrollo, como Bangladesh, Camboya y Nepal, pero que las instituciones microfinancieras continuamente negaron el problema.

“No hay aún un entorno internacional sólido como para que las IMFs se centren en las necesidades financieras de los clientes y no sólo en lograr un número de clientes o el tamaño de su portafolio. Esto en microfinanzas es de una enorme irracionalidad que ha conducido a esta crisis”.

Sinha fue seguido por el peruano Luis Felipe Derteano, presidente del Grupo ACP, uno de los más importantes grupos inversores en microfinanzas de América Latina con presencia en diez países de la región.

Derteano explicó que a diferencia de la más circunscripta crisis de la India, descripta por Sinha, América Latina experimentó un tipo de crisis derivada de factores externos como la crisis económica mundial.

Gobierno sólido, mayor protección al cliente, enfoque orientado a la triple base personas-planeta-beneficios y empresas basadas en servir a la economía real son algunas de las claves para mantener al sector a flote, explicó. Además enfatizó en la importancia de entender las culturas locales.

“Hay que aprender a respetar las realidades de cada país. Tienes que ser muy mexicano en México, muy boliviano en Bolivia, muy argentino en Argentina”, señaló el directivo.

La sudafricana Zenele Mbeki, presidenta ejecutiva de Women’s Development Business Trust y directora de WDB Investment Holdings, habló sobre la situación en su país, que ya pasó por una legislación significativa en los últimos años con la Ley de Microcrédito de 2007. La ley promueve el crédito limpio, transparente, competitivo, sustentable y accesible y protege a los consumidores.

Damian von Stauffenberg, fundador y presidente de MicroRate, respondió a Mbeki, argumentando que “las microfinanzas en Sudáfrica pueden haber sido amadas hasta la muerte por el gobierno. El gobierno intentó apoyar al microcrédito, pero hasta el punto de la gestión, de cómo debe darse un microcrédito. Con lo cual se privó al microcrédito de su elemento empresarial, algo absolutamente esencial para que sea exitoso”, dijo.

Mikhail Mamuta, presidente del Centro Ruso de Microfinanzas, habló a continuación. Describió un país con un sector microfinanciero subdesarrollado pero en rápido crecimiento, que se ha recuperado completamente de los daños ocurridos durante la crisis económica global en 2008.

“Para responder la cuestión de si hay una crisis aquí en Rusia, yo diría que ahora no. Pero la industria de las microfinanzas estuvo en crisis dos años cuando sucedió la crisis económica global. La principal razón no fue de la propia industria microfinanciera. Estamos todavía en una situación donde las microfinanzas están menos desarrolladas que lo que se necesita”, dijo Mamuta.

Von Stauffenberg dio la presentación final del webinar, hablando más en general sobre la percepción de la crisis. El ex directivo del Banco Mundial sostuvo que mientras ciertas regiones han experimentado crisis, las microfinanzas en su conjunto no están en un estado de crisis y todavía sigue siendo viable como arma para la lucha contra la pobreza.

“Yo no pienso que haya una crisis per se. Una crisis de las microfinanzas cuestionaría su validez como herramienta para luchar contra la pobreza. Algo así pondría en entredicho su derecho a existir, y si no es efectiva, si no funciona, estamos en problemas. Esto no se da en todo lo que vemos, muy por el contrario. Lo que vemos son crisis en países aislados”, dijo el experto alemán.

Si bien reconoció la realidad de las crisis en Marruecos (2007), Bosnia (2008), Nicaragua (2009) y la India (2010), arguyó que estas crisis fueron incidentes aislados ocasionados por un crecimiento excesivo, de más del 100% anual en muchos casos. Las microfinanzas, dijo, no tienen una falla de principios sino que pueden fallar dadas circunstancias extremas.

Von Stauffenberg puso la situación en perspectiva. Dijo: “Lo que se ha presentado aquí puede hundir a cualquier institución financiera. No se trata de si se presta a un pobre a un ultra rico. Si creces demasiado rápido, si no conoces a tu prestatario, si no conoces especialmente las condiciones financieras de los prestatarios, tarde o temprano la realidad hablará por sí misma y tú estarás encaminándote a un problema, y eso es exactamente lo que sucedió”.

240 miembros de la audiencia en representación de 127 organizaciones y 40 países asistieron al semanario en línea de LV4D. Inversores en microfinanzas, ejecutores de políticas y académicos se encontraron entre los participantes.


Publiqué este artículo el 9 de octubre de 2011 en MicroDinero

Andhra Pradesh en la perspectiva de Europa


(Textos recobrados de MicroDinero) El futuro del sector microfinanciero, tomando en cuenta las repercusiones violentas de la crisis en el estado indio de Andhra Pradesh, fue tratado durante la Semana Europea de las Microfinanzas 2010, encuentro llevado a cabo en Luxemburgo, organizado por la Plataforma Europea de Microfinanzas (e-MFP).

383 participantes, representando a 285 organizaciones europeas (ONGs, bancos, inversores, investigadores e instituciones de desarrollo) expresaron su confianza en el futuro de la industria, destacando que la mayoría de las instituciones microfinancieras continúan la práctica del crédito responsable, contribuyendo a la inclusión financiera y al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs).

Discusión sobre finanzas responsables,
Semana Europea de las Microfinanzas 2010

En una declaración, fechada el 2 de diciembre de 2010, la Red sostuvo que “la emergencia de una burbuja de sobreendeudamiento que causó la crisis en Andhra Pradesh produjo con razón un revuelo de alarma dentro del sector. Sin embargo los actores de las microfinanzas hacen hincapié en el carácter multidimensional de la situación -que ha llevado a trágicos acontecimientos- y a proponer soluciones alternativas a una regulación inadecuada que se está aplicando actualmente”.

“Andhra Pradesh -explica la plataforma-, uno de los 28 estados en la India, tiene un contexto microfinanciero específico. Ha tenido un sector prestamista bien desarrollado, apoyado y estimulado por el brazo de desarrollo rural del gobierno estatal. La fuerte presencia de grupos de autoayuda (SHGs, en inglés), que comenzaron a crearse en los ’80, animaron a muchas IMFs a establecerse en AP, aprovechando las ventajas de la emergencia de una cultura crediticia rural. Estas IMFs se convirtieron en las primeras en atraer capital de los mercados internacionales. Experimentaron un crecimiento impresionante, pero se volvieron insustentables debido a la multiplicidad de prácticas de préstamo que llevaron a un sobreendeudamiento de algunos clientes”.

“Las actuales medidas de emergencia que se aplican en Andhra Pradesh, tales como la cancelación de deudas o los topes a tasas de interés, no son apropiadas y, en última instancia, pueden poner en peligro al sector. La industria microfinanciera necesita responder a cada crisis con un retorno a los principios de las microfinanzas con su objetivo único y originario de asistir a los más vulnerables para convertirse en personas productivas y autónomas”.

“La importancia del desempeño social y financiero necesita ser enfatizada en todos los niveles de la cadena de las microfinanzas. La e-MFP trabaja en la actualidad con prácticas responsables y apoya los principios de protección al cliente de microfinanzas de The Smart Campaign y la iniciativa Microfinance Transparency, que bregan por un precio justo, transparente y responsable, como medidas concretas para garantizar que los actores europeos promuevan principios de microfinanzas socialmente responsables”.

“El sector de las microfinanzas también debe desarrollar y adoptar modelos económicos autosustentables y eficientes, que tengan en cuenta los costos reales de la prestación de los servicios. La maximización de los beneficios no es el objetivo pero, evidentemente, las pérdidas podrían llevar a una industria insustentable”, continúa la declaración europea.

“La infraestructura financiera como los bureaus de crédito y la regulación son importantes a los efectos de proveer un marco para la transparencia de tasas de interés, así como controles apropiados a nivel institucional, evitando el sobreendeudamiento y estimulando prácticas sanas de recupero. Las recientes directrices del Comité Basilea sobre captación de depósitos en microfinanzas proveen una referencia útil en relación a supervisión bancaria”.

“La Semana Europea de las Microfinanzas convoca a un mayor desarrollo de las prácticas de microfinanzas hacia una inclusión financiera real. Esto significa el desarrollo de nuevos productos financieros como el ahorro, el microseguro o los servicios de remesas para los pobres. Esto no sólo permitiría un mayor apoyo a los esfuerzos económicos de los pobres sino también, por ejemplo, a que las IMFs que acepten depósitos puedan desarrollar objetivos más estrechamente alineados con el bienestar de sus clientes”.

Y concluye: “Las Naciones Unidas, en la conferencia por los diez años sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, hizo hincapié en que las microfinanzas y la inclusión financiera deben alcanzar mayor escala a fin de acelerar el progreso hacia los ODMs, especialmente con vista a reducir la pobreza e incrementar el empoderamiento de la mujer. La Semana Europea de las Microfinanzas representa la materialización de esta causa y los actores microfinancieros trazaron esta semana una trayectoria confiable hacia esos resultados. Es a través de la financiación responsable que la industria eludirá la inestabilidad y continuará avanzando en procura de alcanzar su potencial social”.

Referencia

Microfinance Activities and the Core Principles for Effective Banking Supervision (Bank for International Settlements, Comité Basilea sobre Supervisión Bancaria, Basilea, Agosto de 2010) 


Publiqué este artículo el 8 de diciembre de 2010 en MicroDinero

sábado, 18 de abril de 2015

Banca móvil: Preguntas insidiosas a una solución prometedora


(Textos recobrados de MicroDinero) La administradora de inversiones en microfinanzas holandesa Triple Jump publicó en su última newsletter un artículo sobre banca móvil, firmado por la directora ejecutiva de Triple Jump Advisory Services, Carol Caruso, que resulta de interés para IMFs que estén analizando la implementación de esta herramienta.

Carol Caruso
La autora recalca el ahorro de costos, tanto para la institución como para el cliente, que supondría la generación de un canal de banca móvil, proponiendo la consideración de una serie de factores, tanto externos como internos, a tener en cuenta por parte de la IMF que la adopte, como así también la necesidad de darse un tiempo razonable de análisis y estudio de factibilidad antes de decidirse al lanzamiento de un piloto.

Con la autorización de la compañía y de la autora, publicamos a continuación una versión abreviada en castellano del artículo original en inglés.

Por qué conviene tomarse su tiempo

La banca móvil se presenta como una promesa para llegar a los no bancarizados y servir a los clientes de una manera eficiente, ahorrando costos tanto para las instituciones microfinancieras como para los propios clientes. La promesa reside en el hecho de que la gente usa el teléfono móvil. Qué mejor forma de llegar a las personas que a través de una herramienta que ellos llevan en sus bolsillos (o al menos de fácil acceso a través de un amigo o un miembro de la familia)! Y las suscripciones de telefonía móvil crecen desde el momento que la gente se da cuenta que ello les permite sortear dificultades de infraestructura, compartir fácilmente información, tornando pues más eficientes los mercados y estimulando y apoyando la vitalidad emprendedora.

Hay distintos ejemplos de IMFs que utilizan soluciones de dinero móvil ofrecidas por operadores de red móvil (MNO, en inglés) como forma de permitir a sus clientes realizar sus pagos, hacer depósitos y también desembolsar créditos, por ejemplo. Hay además instituciones financieras que han desarrollado su propio canal de banca móvil, instalando su propia infraestructura técnica y manejando su propia red de agentes al servicio de los clientes. Pero el solo hecho de competir no significa necesariamente que vayan a ser exitosas o financieramente viables.

Hay una gran variedad de factores que pueden determinar el éxito -o el fracaso- del uso de canales de banca móvil en una IMF. Se han dado los casos de algunos lanzamientos no tan exitosos y es por eso que sugerimos que el primer paso para una IMF debe ser realizar un concienzudo Estudio de Factibilidad. Hemos visto muchas instituciones financieras apurándose por tener banca móvil sin una comprensión cabal de las opciones, sus implicaciones operativas, requerimientos de recursos humanos y técnicos y, lo más importante, los costos involucrados. Sin una comprensión adecuadamente informada de las opciones y costos involucrados, ¿cómo puede una IMF estar segura de las chances de éxito?, ¿cómo justificar todos los costos requeridos? Porque para la IMF no se trata de una cuestión de ensayo-error, se trata de mantener la confianza del cliente y su protección. Si intenta un canal de banca móvil y ese intento falla, se puede resquebrajar la confianza de sus clientes en seguir haciendo negocios con usted.

Estudio de factibilidad

Tomando como base nuestra experiencia en ayudar a IMFs a explorar y lanzar canales de banca móvil, y de discutirlo con otras IMFs, nosotros sugerimos el siguiente enfoque:

Las IMFs deben estudiar minuciosamente tanto factores externos como internos que comprometen el lanzamiento y gestión de un canal de banca móvil, buscando desarrollar una comprensión más completa, potenciales beneficios y costos y cómo esto puede acoplarse en sus negocios.

Factores externos

Incluye hallar respuestas a cuestiones tales como (la lista no es exhaustiva):

1- ¿Cuál es el porcentaje de saturación de telefonía móvil en nuestro país? ¿Qué porcentaje de sus clientes tienen teléfono móvil o acceden con facilidad a este instrumento? ¿Existen programas que ayudan a no bancarizados y comunidades pobres a tener mayor acceso a la telefonía móvil? ¿Hay algún programa con el que podamos asociarnos para ayudar a incrementar el acceso a telefonía móvil asequible?

2- ¿Cuáles son las soluciones de dinero móvil en el mercado y, si hubieren, quiénes las usan? ¿Se ofrece ya dinero móvil (transferencias de dinero/remesas) en el mercado en nuestro país que podamos apalancar? Si esto es así, ¿cuánta gente lo usa? ¿Es exitoso, redituable y accesible para nuestros clientes? ¿Tiene el sistema de dinero móvil una funcionalidad tal que sea razonable para los servicios de microfinanzas? ¿Deberíamos asociarnos con un MNO u otro proveedor de soluciones o construir nosotros una solución? ¿Qué tan dispuesto está el MNO en hacer avanzar su sistema hasta llegar a los no bancarizados? Si nos asociamos con un MNO u otro proveedor, ¿cuál es su participación en el mercado?, ¿es suficientemente conocida y confiable su solución?, ¿cómo funciona su trabajo de sistema?, ¿qué costos implican para nosotros y para nuestros clientes? ¿Cuál es la amplitud, la profundidad y la salud de su red de distribución de agentes? ¿Ofrecen servicios en áreas donde tenemos clientes?

3- ¿Qué tipo de regulación en banca móvil hay en nuestro país y cuáles son los requerimientos o costos adicionales para las IMFs? Si hay nueva regulación en marcha, ¿cómo podrá afectar nuestros planes?

4- ¿Qué quieren nuestros clientes? ¿Hemos hecho algún trabajo de focus group para definir sus necesidades, preocupaciones o deseos en usar el teléfono celular para servicios financieros? ¿Cómo abordar el analfabetismo para evitar excluir a los clientes? ¿Cuáles pueden ser los retos para conseguir que nuestros clientes adopten este nuevo canal?

Factores internos

1- ¿Por qué queremos lanzar un canal de banca móvil? Si creemos que vamos a servir a los clientes de una forma más económica a través de este canal, ofreciéndoles mayor conveniencia, ¿hemos desarrollado un plan de negocios o al menos un documento de planificación estratégica que trace nuestros objetivos? ¿Seremos capaces de llegar al volumen de transacción necesario para hacer de este canal algo viable? ¿Hemos elaborado un plan de negocio con asignación de costos y beneficios involucrados en este lanzamiento y oferta de banca móvil? ¿Cómo habremos de financiarlo? ¿Cómo vamos a medir el éxito de este canal? ¿Qué indicadores clave de desempeño podremos medir?

2- La forma como actualmente estructuramos nuestros productos y servicios ¿encaja con el uso de un canal de banca móvil? (i.e. la frecuencia de reembolso de los créditos afecta el uso del sistema).

3- ¿Está nuestra actual infraestructura IT lo suficientemente sana? ¿Disponemos de un buen y confiable funcionamiento del sistema de información de gestión (MIS)? ¿Tenemos servidores lo suficientemente poderosos para procesar la información de manera oportuna? ¿Tiene nuestro equipo IT el tiempo y las herramientas para asumir un canal adicional?, ¿cuáles son los costos IT requeridos?

4- ¿Tenemos una persona que sea responsable de este nuevo canal y un equipo calificado para poner en marcha y manejar un piloto?

5- ¿Qué otros requerimientos de RR.HH son necesarios? ¿Dónde podemos encontrar expertos externos imparciales que nos asistan en el análisis de nuestras necesidades, el lanzamiento de un piloto y su completa implementación? ¿Qué tipo de programa de capacitación del staff deberíamos crear?

6- ¿Qué procesos y procedimientos de campo deberán ser repensados para considerar este nuevo canal de servicio? ¿Cuáles son las nuevas políticas y procedimientos que deberemos considerar para proteger a nuestros clientes al usar este canal?

7- ¿En base a qué criterios vamos a elegir las áreas o sucursales para lanzar el piloto?

8- ¿Qué tipo de marketing deberemos hacer para anunciar nuestro canal?, ¿cuánto va a hacer nuestro socio? (i.e. si nos asociamos con un MNO, ¿es posible tal colaboración?), ¿qué presupuesto se requiere?

9- ¿Cómo vamos a incentivar a los oficiales de campo para ayudar a estimular la adaptación del cliente?

La toma de decisión

Si una IMF revisa los factores externos y descubre que en su país no hay soluciones actualmente disponibles de dinero móvil (sistema básico de transferencias vía móvil), deberá pues decidir: si espera por un MNO o proveedor de servicio para lanzar una solución o construye un canal propio y establece una red de agentes. Obviamente invertir en la creación de un canal propio de banca móvil supone un riesgo para la IMF si acaso una plataforma nacional de dinero móvil estuviera preparando su lanzamiento en un futuro cercano, a la cual la IMF pueda apalancar. Esta cuestión es una de las mayores prioridades para responder, ya que puede ayudar a una más rápida decisión de avanzar o no.

Si los factores externos son positivos y usted tiene 1) un modelo de negocio claro con un análisis de costo beneficio, 2) los fondos para lanzar un piloto (y para eventualmente generalizarlo) y 3) un plan sobre qué es lo que se requiere para preparar a su institución de cara al lanzamiento y operación de este canal, entonces, hay una gran probabilidad de éxito. También aconsejamos que su plan piloto sea exhaustivo y focalizado, por ejemplo en una o dos sucursales, en la definición de los clientes objetivo y el servicio, dando un tiempo razonable para el aprendizaje y puesta a punto del sistema (esto es, al menos entre 6 y 9 meses).

Aprender de su Piloto

La realidad de los canales de banca móvil (como muchos otros canales como call centers, agentes, ATMs, etc) es que demandan tiempo para asimilar información valiosa que oriente hacia la planificación de una plena implementación. Las tasas de adopción del cliente determinarán la cantidad de aprendizaje en el tiempo. Por ejemplo, si usted lanza un piloto permitiendo a los clientes enviar depósitos a sus cuentas de ahorro pero el uso es bajo, se necesitará más tiempo para aprender acerca del uso que hacen los clientes del canal y la forma en que su organización está manejando el canal (información necesaria para un completo despliegue). Un uso bajo requiere además tiempo para estudiar los potenciales problemas. Por ejemplo, ¿hay un problema técnico?, ¿los clientes no confían en enviar sus ahorros a través de su teléfono móvil?, ¿prevalecen los costos (por ejemplo gastos de SMS) sobre los beneficios (i.e. interés de la cuenta de ahorro) para hacer los depósitos?, ¿los clientes tienen conciencia de este canal y de cómo usarlo (i.e. marketing, entrenamiento del staff de campo)?

Un estudio de factibilidad puede ayudar a usted a determinar si tiene sentido y si su organización está preparada para lanzar banca móvil. Si es un “Vamos adelante”, recordar que conviene tomarse tiempo y planificar con precisión cómo vamos a lanzar y manejar el canal de banca móvil. Si usted planifica bien, se da suficiente tiempo para aprender de (y reaccionar a) los resultados del piloto, y trabajar en un inteligente despliegue institucional. Los clientes apreciarán y usarán este canal. Sólo entonces, y con el tiempo, se dará cuenta del ahorro de costos y de la eficiencia para su negocio, y podrá trasladar ese ahorro a sus clientes.

Sobre Triple Jump: Triple Jump es una administradora de inversión en microfinanzas basada en Amsterdam, Países Bajos. Ofrece servicios profesionales de gestión de fondos a inversores y proporciona créditos e inversiones de capital a instituciones de microfinanzas. Triple Jump Advisory Services (TJAS) es una fundación que ofrece servicios de asesoramiento y subvenciones de coste compartido a IMFs. Desde sus inicios en 2006, TJAS ha apoyado a más de 35 IMFs socias con servicios que incluyen implementación de Sistema de Información de Gestión (MIS) y banca móvil, desarrollo de producto y fortalecimiento de controles de gobernanza/internos.

Sobre la autora: Carol Caruso cuenta con más de 18 años de experiencia en consultoría de negocios e IT en los Estados Unidos, Europa, África y Medio Oriente, en planificación y asesoramiento estratégico, desarrollo de producto, gestión de proyectos de banca móvil y MIS. Incluyendo diez años de administración senior y seis años aplicando su conocimiento en el sector de las microfinanzas, Carol es además instructora en el Boulder Microfinance Institute donde imparte el curso “Incrementando el acceso a las finanzas con banca móvil”. Carol tiene una considerable experiencia trabajando con IMFs y un particular interés en el uso de la tecnología por parte de IMFs a fin de incrementar eficiencias operativas y facilitar el acceso a los servicios para los clientes finales. (Nota del Editor: Actualmente Caruso es vicepresidente de Canales y Tecnología de ACCIÓN).


Publiqué este artículo el 2 de noviembre de 2011 en MicroDinero